
Un buen amigo me expuso un día una curiosa teoría mientras me señalaba la frente:
«Normalmente, cuando la gente se emboba, se va a su mundo. Tú debes de tener un universo ahí dentro.»
Creo que tengo mil historias que contar.
Probablemente nunca deje de hacerlo.
Mientras haya una sola persona que me quiera leer, la escritura será mi cometido en una vida cuya realidad siempre me ha repelido. Me encanta viajar a lugares inexistentes mientras narro aventuras sorprendentes. Adoro acompañar a mis personajes, llorar sus dolores y sonreír sus amores. Y deseo con fuerza que otros puedan compartir ese sentimiento, siendo yo guía para un variopinto grupo de viajeros de ensoñaciones al que espero que te unas.
Tengo muchas pasiones y trabajo en cosas diversas, pero creo que escribir es, de lejos, la más importante de todas ellas.
«Escribo, luego existo.»